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Isabel Fernández: puntadas de Historia

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“ (…) parte de los oficios manuales asociados al textil como son los bordados y las pasamanerías y la costura manual, sobreviven gracias a esta pasión de los verdaderamente opulentos por la moda.”

Responsable del Departamento de restauración de Tapices de la Real Fábrica de Tapices. ©FRFT

Responsable del Departamento de restauración de Tapices de la Real Fábrica de Tapices.
©FRFT

Pendones, tapices, alfombras un abanico o la mismísima Sábana Santa se trata también de patrimonio histórico, pero textil y  España cuenta con uno de los más importantes de Europa, con colecciones algunas de carácter único, como el conjunto de telas hispanomusulmanas, las que se conservan en el Panteón Real de las Huelgas (Burgos) o las colecciones del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Isabel Fernández es Restauradora-Conservadora textil, responsable del Departamento de Restauración de la Real  Fábrica de Tapices.

Los tejidos son uno de los bienes culturales que integran el patrimonio y forman parte de los museos y  colecciones, pero  son uno de los fondos que menos se exponen, excepto en   los museos monográficos o en los  que son parte fundamental de la colección… ¿Un trozo de tela puede ser un tratado de historia, es decir,  las materias primas utilizadas, los tintes e hilos nos pueden contra muchas cosas?

 Los tejidos son bienes íntimamente ligados a la historia de la humanidad en tantos y tan variados aspectos que podríamos empezar con la rotación de una mecha de lana entre el pulgar y el índice de una anónima y prehistórica mano y llegar hasta la fabricación de tejidos inteligentes y comprobar que los tejidos forman un entramado que liga   política, economía,  ciencia, tecnología, antropología, arte, literatura,  religión…, así que creo que sí, los tejidos pueden contarnos muchísimas cosas.

  ¿Qué te han contado los  tapices del patriarca? La Real Fábrica de Tapices de Madrid está llevando a cabo un minucioso proceso de lavado y restauración de la colección de tapices del Colegio del Patriarca, 6 paños del siglo XVI de manufactura flamenca.

 En efecto, en estos momentos y gracias al patrocinio de la Fundación Iberdrola, estamos inmersos en el proyecto de conservación y restauración de los 6  tapices flamencos que mencionas, unas joyas de la tapicería flamenca encabalgadas entre el gótico y el renacimiento y que, entre otras cosas me han contado una vez más que la mejor restauración posible debe ser humilde, eficaz y lo más reversible posible.

Proceso de eliminación de antiguas restauraciones. Tapiz del Colegio del Patriarca ©FRFT

¿Qué los convierte en tan excepcionales?

 ¿Sus 500 años de antigüedad? ¿Una soberbia calidad de manufactura? ¿Ser parte de la herencia directa del Santo Fundador del Colegio del Patriarca? ¿Su colorido, composición e iconografía?… Personalmente encuentro difícil encontrar una sola razón.

 Existe un gran desconocimiento sobre el arte textil y poco espacio para él en los medios de comunicación, sin embargo el objeto arqueológico  más fascinante y controvertido es una obra de tela, una pieza de lino de 4,36 metros de longitud y 1,13 metros de anchura,  me refiero a la sábana Santa …

 Es cierto, la Sindone sigue siendo una pieza que reúne además del debate en torno su correcta datación, la incógnita del origen de las huellas de esa figura que aparecen marcadas sobre la tela, el cómo se pudo haber producido esa huella: cuando y cómo, misterio y devoción y ese trozo de tela, que es un sudario…no cabe duda, el textil está íntimamente ligado al ser humano desde la cuna a la tumba…

 Quizá no con la carga de misterio que tiene la Sábana Santa, pero por tus manos habrán pasado infinidad de tejidos de gran valor cultural e histórico. ¿Qué pieza  ha hecho que te  temblaran las manos?

 Ja, ja, ja, me suele temblar hasta el tuétano cada vez que me enfrento a un proyecto nuevo, antes de empezar. Cuando trabajaba como restauradora independiente me dedicaba unos días a mirar y rondar la pieza  tomando notas, fotos, medidas, mordiéndome las uñas antes de poner una mano encima. Me cuesta bastante entrar en acción pero esto no es algo que me preocupe especialmente ya que sé que a su debido tiempo doy el paso y no me tiembla el pulso…a su debido tiempo, porque creo que es importante mantener siempre una actitud de alerta a la hora de intervenir sobre las piezas y  creo que la duda y el cuestionamiento favorecen el trabajo de conservación y restauración. De hecho, al tener ya unos añitos he tenido ocasión de observar hasta que punto es peligroso el exceso de confianza y la voluntad de acción, el resultado de intervenciones entusiastas en que la restauración no solo termina predominando sobre el original sino que puede incluso llegar a destruirlo…yo aspiro a pasar más desapercibida y a lograr que las piezas que pasen por nuestras manos se conserven más y mejor una vez tratadas. Actualmente, como responsable del Departamento de restauración de Tapices de la Real Fábrica de Tapices la cosa es todavía más emocionante porque tengo que mantener en marcha el Departamento y dirigir y supervisar proyectos de mucha envergadura, aun así, dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a documentar y estudiar las piezas antes de entrar en acción. Creemos en eso, documentación, reflexión, trabajamos en equipo y creo que nos funciona bastante bien.

Teñir hilos, crepelinas y  damascos; hacer y  deshacer puntos de restauración ¿Qué narices, con perdón, estudia un restaurador textil?

 Esa sí que es la pregunta del millón ya que por desgracia en España nos ha resultado bien difícil organizar una formación reglada en restauración textil. Desde luego es fundamental tener una formación buena en restauración y conservación de Patrimonio en sus aspectos tanto teóricos como técnicos y científicos, ayuda mucho tener una formación específica de textiles, conocimientos sobre técnicas de manufactura, y tejeduría, costura etc.; luego está todo el aspecto teórico y filosófico sobre los criterios de intervención, los conocimientos de historia del tejido un buen amueblamiento mental para organizar las estrategias de trabajo  y de recogida de documentación, además de desarrollar las destrezas y habilidades manuales tales como  descrudar y teñir telas para soportes, hacer patrones de piezas con volumen conocer diferentes métodos de costura y saber elegir los más eficientes y reversibles en cada caso, saber  elegir las muestras para analizar en función del interés potencial que los resultados de los análisis puedan arrojar, asesorar a sobre la mejor manera de exponer y almacenar las piezas textiles y muy importante, encontrar la manera de hacer viable económicamente el proyecto y, en este sentido instituciones como la Fundación Iberdrola juegan un papel fundamental en tamaño encaje de bolillos.

 España es uno de los países de Europa con un patrimonio textil más importante y es de las pocas que no ofrece una  titulación específica ¿por qué?

 La realidad es que ya existe una Grado oficial, específico de restauración textil en una escuela de Arte de Palencia desde hace algunos años. Durante mucho tiempo esa necesidad ha estado en el aire y finalmente, esta escuela Palentina ha dado un paso al frente y llenado el hueco.

 ¿Cómo debe ser una excelente restauración?

 Mínima intervención, máxima reversibilidad, documentación de las piezas y los procesos realizados sobre la misma recogidos en un informe completado con las pautas a seguir sobre el modo de almacenarla, transportarla y exhibirla.

Los emblemas del amor. RFT con cartón de Guillermo Pérez Villalta,
©FRFT

 ¿Las obras textiles son falsificables? Existe un mercado para el arte textil?

 Ciertamente, pero unas más que otras. Los tejidos de calada se han copiado y reproducido a lo largo del tiempo con tal fidelidad,  que solo se ha podido datar correctamente su procedencia mediante las técnicas de análisis modernas. Por ejemplo, las cromatografías realizadas a fibras teñidas ha permitido corregir dataciones realizadas en base a el estilo decorativo del textil, ya que era imposible, por ejemplo, atribuir un tejido al siglo XIII si el color rojo de sus hilos estaba teñido con cochinilla, algo que no existía en el Viejo Continente antes del descubrimiento de América . Sin embargo creo que otros, como por ejemplo  los tapices del S.XVII , por su naturaleza propia, el dominio del dibujo y el color que tenían aquellos artesanos además de la monumentalidad de sus dimensiones,  son imposibles de falsificar ya que solamente el tiempo que requiere tejer un tapiz, supera en coste con mucho el precio que pueda llegar a tener en el mercado, por no decir que resulta imposible encontrar tejedores que sean capaces de reproducir estos prodigios del arte textil, ni hilanderos que hilen a mano, ni ovejas merino que produzcan esa lana, ni campos de granza, gualda o pastel con que teñir la hilaza…

El arte textil, por otra parte tiene su mercado, sin duda.  A finales del S.XIX  y principios del S.XX, hubo un incremento del furor coleccionista del textil en buena parte debido a la inmensa cantidad de tejidos coptos que salieron a la luz en las excavaciones realizadas por Albert Gayet en Antinöé, entre 1895 y 1911. Este egiptólogo que realiza sus excavaciones bajo el patrocinio de un rico comerciante de Lyon llamado Émile Guimet, perteneciente a la muy poderosa Cámara de Comercio de Lyon, de la que, por supuesto eran miembros relevantes los prósperos comerciantes textiles de la región; como decía, los tejidos coptos aparecidos en esas excavaciones se encontraban en un estado excepcional gracias a las condiciones climáticas en que permanecieron durante siglos. Salieron a la luz con sus colores intactos y sus deliciosas imágenes figurativas, tan expresionistas y “modernas”, cautivaron a artistas como Mariano Fortuny, Picasso o Matisse, entre otros, todos ellos coleccionaron tejidos coptos y se inspiraron en ellos, no me cabe duda. Este mercado de antigüedades tiene sus devotos, aunque tal vez no se trate de un mercado masivo precisamente.

En cualquier caso si hablamos de mercado de grandes cifras asociado al arte textil, no cabe duda que en el Siglo XXI ese mercado lo copan los diseñadores de primera línea, que tienen entre sus clientas una miríada de expertas coleccionistas que adquieren, conservan, catalogan y clasifican sus vestidos como verdaderos objetos de colección y, desde luego el tiempo está de su parte ya que, seamos realistas, en 200 años serán historia y de alguna manera, parte de los oficios manuales asociados al textil como son los bordados y las pasamanerías y la costura manual, sobreviven gracias a esta pasión de los verdaderamente opulentos por la moda.

   El Museo de Telas Medievales, Los tapices de Aubusson, el Victoria and Albert Museum…por dónde empezamos para introducirnos en el mundo del arte  textil?

 Bueno, yo empezaría por casa. Desde los encajes de la abuela a los manteles de lagartera. España tiene una riqueza textil impresionante que deberíamos admirar. Creo que es una suerte que casi todo el mundo tenga en su casa algún encaje, mantel, tapete o lo que sea, producido por unas manos familiares. Apreciar el valor de esa manufactura es el comienzo de todo y luego, turismo de interior. Solo recorriendo España de cabo a rabo tenemos tejidos en cada esquina. Empecemos por el Sur: En Granada, solo en la Catedral ya encontramos el llamado terno de Fernando el Católico, una soberbia muestra de tejido labrado y bordado de finales del s.-XVI,  la Alhambra alberga también una colección de tejidos bien interesante. o los maravillosos bordados sevillanos del XVIII que podemos admirar en los trajes procesionales de las vírgenes, los tejidos hispanomusulmanes de tiraz producidos en el período califal,  que se encuentran en los tesoros de iglesias o catedrales como San Isidoro, de León, en Palencia, Huesca o Zaragoza; qué decir de los tejidos espolinados valencianos del s. XVIII, o los tapices del Colegio del Patriarca que estamos en vías de poner en exposición, el preciosísimo tapiz de la Creación de la Catedral de Gerona o el Museo textil y de Indumentaria de Barcelona,  el Instituto Valencia de Don Juan en Madrid, que atesora una colección exquisita de tejidos, los tejidos medievales del Panteón Real del Monasterio de Sta. María la Real de Las Huelgas, las colecciones reales de Tapices del Escorial, La Granja, El Pardo o la delicia de Casita del Labrador, tapizada de telas Lyonesas que parece una bombonera, el Museo Balenciaga en Getaria de reciente creación y, como dirían los ingleses “last but not least”, la Real Fábrica de Tapices de Madrid, donde además de albergar, conservar y restaurar tapices y alfombras, hacemos un esfuerzo tremendo por mantener vivos los oficios de tejeduría de alfombras y tapices, tal y como se hacía en el s.XVIII, en el momento de su  fundación y que forma parte del patrimonio inmaterial  de nuestro país,  que invitamos a conocer a todo el que quiera no solo admirar tejidos, si no entender un poco mejor el cómo se hacen para mejor valorarlos.

Y dejo muchas cosas en el tintero textil español basta con abrir los ojos y visitar nuestros museos en especial de Artes Decorativas o etnológicos así como los tesoros de iglesias y catedrales donde siempre encontraremos  objetos textiles que admirar.

 

La entrada Isabel Fernández: puntadas de Historia aparece primero en Arttroop.


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